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No entro en nada

No entro en nada 2

Artículo

No nos dejes caer...: Tentaciones del demonio en el México virreinal

Gilabert, Berta

Centro de Enseñanza para Extranjeros, UNAM, publicado en Decires, y cosechado de Revistas UNAM

Licencia de uso

Procedencia del contenido

Entidad o dependencia
Centro de Enseñanza para Extranjeros, UNAM
Revista
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Revistas UNAM. Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, UNAM en revistas@unam.mx

Cita

Gilabert, Berta (2008). No nos dejes caer...: Tentaciones del demonio en el México virreinal. Decires. Revista del Centro de Enseñanza para Extranjeros; Vol. 11, Núm. 12-13, 2008. Nueva época; 75-84. Recuperado de https://repositorio.unam.mx/contenidos/4146933

Descripción del recurso

Autor(es)
Gilabert, Berta
Tipo
Artículo Cultural
Área del conocimiento
Artes y Humanidades
Título
No nos dejes caer...: Tentaciones del demonio en el México virreinal
Fecha
2021-06-26
Resumen
Desde el principio de las civilizaciones, el mal fue personificado en figuras demoniacas; en la tradición judeo-cristiana se le llamó Demonio, Satanás y Luzbel, entre otros apelativos. La sociedad novohispana, pertenece al mundo católico, creía en la existencia del mal y en que los pecados cometidos por el hombre eran provocados por el mismísimo Diablo. Según el Diccionario de Autoridades de 1739, la tentación “es la instigación o estímulo que induce o persuade a alguna cosa mala”, y establece que el tentador por antonomasia es el Demonio. En términos bíblicos, tentación traduce la palabra hebrea massâh, que quiere decir prueba o dificultad, y se usa para cualquier situación que puede debilitar la fe del hombre y alejarlo de Dios; pero si la resiste, por el contrario, fortalece la fe y el carácter. San Pablo establece que una de las razones por las que Dios envía al tentador es para que “sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirie-ron la iniquidad”. En primera instancia, según la dogmática católica, cuando el Demonio tienta a una persona, pretende que pierda la fe y se aleje de Dios, sin embargo, los tratados teológicos al respecto, desde los antiguos a los contemporáneos, establecen que Satanás, como ser creado, no es omnipotente y sólo puede obrar con el permiso de Dios, así es que muchos contactos que el Diablo establece con los hombres tienen como propósito divino probar la fortaleza y hacer más firme la fe. Por ello, se creía que las personas virtuosas, de quienes hablaré más adelante, siempre resistían a la tentación, se santificaban en el proceso y fueron consideradas ejemplos de vida. Lo anterior implica que el sujeto tentado podía decidir, gracias a su libre albedrío, acceder a las proposiciones demoniacas orechazarlas, así como los ángeles lo hicieron es su momento.
Tema
México; virreinato; Nueva España; tentaciones; demonio; historia
Idioma
spa
ISSN
ISSN: 1405-9134

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